Quizás te estás preguntando si la franquicia es una fórmula adecuada para ti. Incluso si encuentras una empresa en la que a la mayoría parece irles bien, ¿va a funcionar contigo?
Por una parte, un franquiciado es un emprendedor, y por lo tanto debe tener madera de empresario:
- Confianza en sí mismo
- Capacidad de tomar decisiones.
- Habilidad comercial.
- Capacidad de afrontar la inversión inicial.
- Disposición de trabajar duro para levantar el negocio.
- Capacidad para realizar el trabajo que necesita el rol del franquiciado en el negocio.
Por otra parte, una franquicia supone limitar tu autonomía y seguir las directrices del franquiciador. Esto requiere una actitud proactiva y ser capaz de trabajar en equipo. Por lo tanto debes sentirte cómodo con tu papel de franquiciado:
- ¿Será el negocio suficientemente interesante con el tiempo?
- ¿Puedo aceptar la disciplina que comporta un sistema de franquicia?
- ¿Puedo comprender la autoridad del franquiciador?
- ¿Tendría mejor resultado montando un negocio independiente?